Aunque el estrés es visto como algo malo, también, de cierto modo es bien visto cuando hablamos de estrés en la educación o académico. Podemos definir este término como la reacción de un estudiante frente a exigencias específicas como exámenes, exposiciones, trabajos, etc. Normalmente esta reacción mejora la eficacia, aunque si pasa a ser u estrés enfermizo puede desmejorar la calidad y causar daños en el organismo.
Lo negativo del estrés en la educación
Una sobrecarga de actividades puede causar un exceso de estrés que puede traer consecuencias fisiológicas, psicológicas e incluso sociales. Para ir directo al punto, voy a listar algunas de esas consecuencias:
- Depresión.
- Apatía.
- Insomnio.
- Abandono de actividades.
- Cometer actos ilegales por sentir que no se puede más.
- Enfermedades de todo tipo.
- Agotamiento físico.
- Problemas familiares, y otros tipos de relaciones, etc.
Lo positivo del estrés en la educación
Aunque hay consecuencias muy delicadas, un estudio ha demostrado que una dosis correcta de estrés puede mejorar el rendimiento en el trabajo de cualquier estudiante, empleado o cualquier persona que se dedique a una actividad en específico. Si somos un poco más puntuales, podemos decir que el estrés mejora:
- El rendimiento conductual.
- Rendimiento cognitivo.
- Permite que estemos más lúcidos.
Por otro lado el estrés moderado suele ser un buen ejercicio de dominio propio y disciplina, ya que no hace lo que te place sino lo que debes hacer sin importar que te sientas tentado a abandonar todo. Un estudiante que no experimente estrés, simplemente será una persona que en el área laboral no podrá adaptarse, ya que allí el estrés tiene mucha presencia.
Así que podemos decir que una dosis correcta de estrés te prepara y entrena. Incluso basta con mirar a tu alrededor para que las personas que viven totalmente relajada son las menos productivas, las que con mayor facilidad caen en vicios porque el placer es lo primero para ellos.
En este mismo sentido, podemos decir que el carácter se forma cuando te expones a exigencias como estas: entregar un trabajo, prueba, presentación… con una fecha límite, con limitaciones de recursos y mucho que hacer. Si soportas este tipo de presión, estarás preparado para las exigencias futuras que de seguro serán mayores.
En conclusión
Podemos decir que el estrés en la educación es necesario, aunque hay que aprender a mantener un equilibrio. Es por eso que los profesores deben ser muchas veces exigentes, igual los padres y representantes, ya que aunque nos encanta que los estudiantes tengan paz, un exceso de ella puede crear actitudes incorrectas y deformar su carácter.
No es explotar y abusar, es saber hasta qué punto se le puede exigir a un grupo de acuerdo a sus capacidades. Es por eso que educar no es fácil, es analizar al estudiante y crear un plan para sacar lo mejor de él sin causar ningún daño psicológico ni físico. Por eso debemos valorar el trabajo de los profesionales del sector ¡Es una tarea digna de admirar!