Sabemos lo difícil que resulta llegar al día de la prueba y sentir que aún hay tantas dudas sobre qué hacer el día antes de selectividad. Has invertido meses de esfuerzo y sacrificio, y ahora, cuando la cuenta atrás se acerca, es normal preguntarse si estudiar más o simplemente relajarse. Nosotros entendemos esa mezcla de tensión y expectación, y queremos acompañarte en este último empujón.
Lo que realmente marca la diferencia es una preparación integral que cubre tanto el repaso de contenidos como el cuidado mental, físico y logístico. Además, la buena organización y el manejo adecuado del estrés harán que te sientas más tranquilo. Pensar en todo el camino recorrido y en la preparación para los exámenes EBAU que tuviste puede darte calma, porque confirma que ya hiciste lo necesario y solo queda confiar en ti.
¿Cómo organizar tu estudio de manera efectiva?
El día anterior a la selectividad no es el momento para buscar nuevos conocimientos, sino para reforzar lo que ya has aprendido. Es el instante perfecto para repasar de forma ligera y ordenada, sin saturarte con información nueva que pueda agobiarte. Nosotros te recomendamos trabajar con resúmenes y esquemas que te permitan refrescar la memoria sin presionar tus límites.
Cuando repasas de forma consciente, evitas la fatiga mental y te aseguras de que lo esencial permanezca fresco. Imagina que repasas tus apuntes como si estuvieras organizando una maleta; solo llevas lo imprescindible y lo ordenas de tal forma que puedas encontrarlo rápidamente. Es más efectivo dedicar unos minutos a cada tema clave que intentar abarcarlo todo de una vez.
Repaso ligero y enfocado
Haz una lista de los temas fundamentales que sabes que se repiten en el examen. Utiliza técnicas de resumen y mapas mentales para organizar tus ideas y reforzar conceptos críticos.
Si sientes que un área, como Biología, necesita un repaso especial, no dudes en consultar recursos específicos. Por ejemplo, te sugerimos visitar consejos para estudiar Biología para obtener estrategias puntuales y efectivas.
No intentes cargar tu mente con detalles irrelevantes; enfócate en lo que verdaderamente cuenta. Recuerda que ya has estudiado a fondo, y ahora el objetivo es solo refrescar tus conocimientos para que se activen de forma natural durante el examen. Cada concepto repasado debe ser como una llave que abre la puerta a tus respuestas.
Organización logística del repaso
Organizar tu repaso es tan vital como estructurar tu día. Prepara un ambiente de estudio tranquilo, sin distracciones, y asegúrate de tener a mano todos tus apuntes y resúmenes. Esto te ayudará a concentrarte en lo importante sin interrupciones inesperadas.
Establece intervalos de estudio, por ejemplo 25 minutos de repaso seguidos de una pausa de 5 a 10 minutos. Durante este tiempo, desconecta brevemente para evitar la fatiga mental. Una estructura ordenada de estudio te permitirá consolidar lo aprendido y te llevará al examen con una mente clara.
Además, planifica dedicar unos minutos para revisar solo los puntos que te resulten más difíciles. De este modo, refuerzas esos conceptos sin sentirte abrumado. Recuerda, cada minuto de repaso cuenta, pero sin llegar a sobrecargar tu mente.
Preparación mental antes del examen
La preparación mental es quizás el componente más importante para afrontar la selectividad. Mantener un estado de ánimo positivo y controlar el estrés puede marcar la diferencia entre una buena y una excelente actuación. Queremos que te tomes estos momentos para cuidar de tu mente y prepararla para el reto que tienes por delante.
Para ayudarte a estabilizar tus emociones, te ofrecemos algunos consejos prácticos que puedes incorporar en tu rutina:
- Practica la respiración profunda: Siéntate en una posición cómoda y toma respiraciones largas y lentas durante cinco minutos.
- Realiza estiramientos ligeros: Movimiento suave en brazos y piernas ayuda a liberar tensiones físicas acumuladas.
- Visualiza el éxito: Piensa en momentos en los que triunfaste anteriormente y recuerda tus logros.
- Evita sobrecargar tu mente con dudas: Limita el repaso a lo esencial, sin intentar recordar cada detalle.
- Da breves paseos: Caminar un par de minutos puede despejar tus pensamientos y mejorar tu enfoque.
Estas prácticas no solo te ayudarán a sentirte más relajado, sino que te permitirán ajustar tu enfoque. Al dedicar unos minutos a cuidar tu salud mental, transformas el estrés en energía positiva. Al fin y al cabo, una mente tranquila es la base para un rendimiento óptimo y efectivo durante el examen.
Estrategias de cuidado personal: descanso y alimentación
El bienestar físico es inseparable de tu desempeño académico. No se trata solo de repasar, sino de cuidar de ti mismo en todos los aspectos. Descansar bien y alimentarse de forma equilibrada son dos pilares que complementan una buena preparación.
La importancia del descanso
Es recomendable que, la noche anterior, consigas entre 7 y 8 horas de sueño de calidad. Un descanso reparador no es cuestión de lujo, sino una necesidad para consolidar lo aprendido y reducir el estrés. Cuando duermes bien, tu cerebro procesa y almacena la información, y despiertas con una mente fresca y clara.
Para lograrlo, intenta desconectarte de dispositivos electrónicos al menos una hora antes de dormir. Prepara una rutina relajante, como leer un libro o escuchar música suave. Así, tu cuerpo se acostumbra a descansar y reduce la tensión acumulada del día. No olvides que este descanso es vital para que puedas rendir al máximo en el examen.
Alimentación adecuada para el gran día
Es mejor evitar comidas abundantes o muy procesadas el día antes, ya que pueden afectarte físicamente y distraerte. En cambio, opta por alimentos ligeros y nutritivos que te proporcionen la energía necesaria sin causarte somnolencia.
Por ejemplo, en la cena, una comida balanceada podría tener pollo a la plancha, verduras al vapor y una porción moderada de arroz integral. Este tipo de alimento te facilita la digestión y te provee de nutrientes esenciales. Además, asegúrate de mantenerte hidratado bebiendo agua constantemente, ya que la deshidratación puede disminuir tu concentración.
Consejos prácticos para la logística del día del examen
La organización logística es tan crucial como el repaso o el cuidado personal. Una mala planificación de aspectos logísticos puede aumentar tu estrés innecesariamente. Por ello, es importante que dejes todos los detalles en orden con antelación.
La noche anterior, revisa cuidadosamente tu bolso o mochila para asegurarte de que lleves todo lo imprescindible. No olvides tu documento de identidad, papeletas, calculadora si el examen lo permite, y todos los materiales que te hayan sido indicados. Hacer una lista de verificación te evitará sorpresas inesperadas.
Otro aspecto importante es conocer la ubicación exacta del centro de examen. Planifica tu ruta, consulta el tráfico o los horarios del transporte público. Si es posible, realiza un recorrido previo o visualiza mentalmente el camino. Estos pequeños detalles logísticos te ayudarán a sentirte más seguro en la mañana del examen.
Si te genera inquietud saber cómo se organiza la prueba, te sugerimos que consultes el enlace ¿cuántos exámenes se hacen en la EBAU?. Conocer estos datos te da mayor claridad y te permite ajustar tu planificación sin contratiempos.
Consejos generales para el mismo día del examen
El día de la selectividad requiere que estés muy atento a cada detalle, y es importante que empieces la jornada de forma relajada y organizada. Para ayudarte a fluidificar el inicio del día, te presentamos una lista de verificación que te servirá como guía práctica desde el momento en que te despiertas hasta que llegas al centro de examen.
- Despiértate con tiempo suficiente: Procura levantarte al menos 1 a 1.5 horas antes.
- Realiza una breve rutina de estiramientos: Esto ayudará a desconectar las tensiones acumuladas y activar tu cuerpo.
- Desayuna de forma ligera y nutritiva: Elige opciones como frutas, yogur y cereales integrales que te den energía sin sentirte pesado.
- Revisa tu bolso o mochila: Confirma que llevas todos los documentos y materiales necesarios.
- Practica unos minutos de respiración: Esto te ayudará a calmar cualquier nerviosismo de última hora.
- Planifica tu salida: Revisa nuevamente la ruta y considera posibles demoras en el transporte.
- Mantén una actitud positiva: Recuérdate a ti mismo que estás preparado y confía en tu capacidad para lograrlo.
Seguir esta lista puede hacer que el inicio del día sea mucho más tranquilo y minimizar la posibilidad de olvidos. Al concretar cada uno de estos pasos, te sentirás más en control y listo para abordar la prueba con determinación y calma.
La tranquilidad de saber que has hecho todo lo posible
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